En la bioquímica del cáncer:
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El
cáncer comienza con la multiplicación descontrolada y autónoma de las células
debido a un cambio o mutación en el ADN que son causadas por fallos en los mecanismos
de regulación celular.
El
Ozono tiene un efecto llamado antineoplásico (anticanceroso) que quiere decir que impide el desarrollo,
crecimiento, o proliferación de células tumorales malignas. Éste efecto se debe
a que inhibe el crecimiento del tejido fino nuevo. Las células de cáncer que se
están dividiendo rápidamente, son inhibidas por el ozono ya que lejos de
producir las enzimas necesarias para protegerse contra él, están priorizando su
división descontrolada.
Otro efecto es que el ozono estimula la secreción de IL-2 (Interluekina-2) que es una de las piedras angulares del sistema inmunológico.
Igualmente
estimula la producción de Interferón, que es aumentada perceptiblemente (hasta en un
400-900%). El Interferón está
implicado en el control de las células fagocíticas que engullen y matan tanto a
agentes patógenos como a las células anormales. Estos niveles inducidos por el
ozono siguen siendo seguros, según los niveles de Interferón que son aprobados
por la FDA.
El
ozono también estimula la producción del factor de necrosis tumoral (TNF) el cual es producido por el cuerpo
cuando un tumor está creciendo. Cuanto mayor es la masa del tumor, se produce
más factor de necrosis tumoral (hasta cierto punto).
Pero estas células de cáncer solitarias tienen poca
probabilidad de crecimiento debido al TNF producido para inhibir el tumor
original.
En las Radioterapias:
La capacidad del Ozono para incrementar la
trasferencia de oxígeno asegura una mayor eficacia en la radioterapia y reduce
los efectos secundarios selectivamente al proteger las células sanas.
También se ha observado una notable mejoría en
la piel de la zona radiada, si las radioterapias han producido lesiones en la
piel, éstas sanan más rápido. Incluso la coloración obscura que aparece
frecuentemente después de la radiación, es disminuida rápidamente con las
terapias de Ozono, sin afectar de ninguna manera el efecto que tienen las
radioterapias en el tratamiento contra el cáncer (recordemos
que la Ozonoterapia no compite con ningún tratamiento, es complementaria a
cualquier otra aplicación médica).
En las Quimioterapias:
El Ozono estimula el sistema inmunológico y así,
antes de recibir las quimioterapias o someterse a una intervención quirúrgica el
organismo está preparado inmunológicamente para funcionar de manera óptima.
Después de las quimioterapias, los pacientes que
toman terapias de Ozono:
p Tienen más apetito, más fortaleza, se sienten mejor!
p Recuperan más rápidamente los niveles normales de
células sanguíneas (eritrocitos, linfocitos,
plaquetas, etc.)
p No padecen metástasis y no tienen reincidencia de
tumores durante grandes periodos de tiempo.
p Se prolonga el tiempo de supervivencia excediendo
por mucho los pronósticos usuales, incluso en casos inoperables.

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